Sí, es síndrome del impostor
Hace un par de años me crucé con una chef.
Una señora con muchos años de experiencia en la cocina y servicio al cliente.
Llamémosla Martha.
Martha es una crack en la cocina, y se le da muy bien trabajar para otros, pero cuando se trata de venderSE, se transforma en un fantasma.
Y no porque no necesite el dinero, lo necesita. Sino porque le da tanto miedo la venta como a Scooby-Doo un cementerio.
A pesar de tener décadas de experiencia, piensa que no está a la altura.
Sí, es síndrome del impostor.
En un momento de su vida también vendía productos por catálogo, y pues, también le costaba mil mundos ofrecerlos…
Pero una vez recibió la invitación para un evento de mujeres, y mientras iniciaba el evento, todas conversaban, menos ella, que tenía un diálogo mental, al estilo de Hamlet: sacar o no sacar el catálogo de productos…
¿Vender o no vender? Ese era el dilema…
Se quedó en blanco.
Mientras tanto, otra chica, menos conocida que un extra de una película de Vin Diesel, sacó un catálogo igualito y se puso a vender como si no hubiese mañana.
Y Martha ahí, viendo cómo vendía a casi todas las mujeres presentes.
Imagínate la impotencia.
Me lo contó molesta porque no hizo nada, lo recuerda con bastante dolor.
Ni ofrecía sus servicios de chef, ni el catálogo.
Y como ella, tú tienes algo que ofrecer al mundo.
Si no le estás sacando provecho, alguien ahí fuera, sí.
¿Crees que es valioso lo que tienes para dar? Yo creo que sí.
Si piensas que sí, responde este correo, y hablemos para crear los activos de tu marca.
Adriana Vendedora 🙂
PD: Desde el episodio del catálogo, Martha sigue con la timidez. Ya es un poco tarde, con los años se enfermó, y casi no puede ni sostener una sartén.
PD2: Que no te pase lo mismo por posponer hacer cositas.