“No creo en las tareas”

Dijo Kim Kardashian recientemente en una transmisión.

Y continuó:

“Los niños están en la escuela ocho horas al día. Cuando llegan a casa, también necesitan hacer deporte, tener una vida, pasar tiempo con su familia. Creo que las tareas deberían quedarse para la escuela”.

Yo estoy de acuerdo con ella.

Las tareas, tal como se entienden en la escuela, suelen ser una extensión de la jornada: más de lo mismo, y con una sola métrica de éxito: haber cumplido con la entrega, no haber aprendido.

De hecho, hay colegios (privados) que ya tienen la política de no tareas por lo mismo: el tiempo en familia es más importante que seguir haciendo ejercicios al final del día.

Claro, hay que pagar más.

En los colegios públicos, tal vez no corren con la misma suerte.

Y luego nos quejamos de adultos que pasan todo el día trabajando afuera y, de hábito, se llevan el trabajo a casa.

En fin, la hipopotomonstruosesquipedalofobia.

Ahora bien, ¿qué pasa con los productos de información? a.k.a. infoproductos, assets y demás.

Aquí las tareas no son un castigo ni un apéndice, son la práctica que si bien diseñada, activa el aprendizaje.

La diferencia está en la intención.

En la escuela, la tarea tradicional es repetición.

Supuestamente para reforzar, para disminuir la curva del olvido. Pero sabemos que no sirve repetir el mismo día, cuando la memoria todavía no ha puesto a prueba el recuerdo.

En formación, la práctica tiene otro propósito: ayudar a comprender, implementar y desarrollar habilidades.

Se logra dividiendo el trabajo en pasos pequeños y manejables, mostrando ejemplos claros y dando retroalimentación que construya confianza en vez de frustración.

Ese es el rol del formador, diseñar la experiencia para que el estudiante tenga control, no se aburra y sienta que avanza.

Por eso, en infoproductos, las tareas bien hechas son fundamentales: pequeñas, guiadas, con sentido y orientadas a resultados que el alumno pueda ver y repetir.

Entonces, en la escuela, la tarea expande el horario.

En tus infoproductos, la práctica diseñada expande la habilidad.

Esa es toda la diferencia.

Muchos creadores repiten el error de la escuela. Llenan sus cursos de ejercicios sin propósito, bajo el nombre de wOrKbOoK, y lo único que logran es aburrir, frustrar y perder alumnos.

Tus alumnos necesitan prácticas que los hagan sentir que avanzan, que logran resultados visibles y que vale la pena seguir hasta el final.

Si quieres que diseñemos juntos esas prácticas para tu infoproducto, agenda una llamada conmigo aquí: 

Adriana Kardashian 🙂