Estaba en el autobús yendo a algún lugar

Todo estaba en silencio.

A excepción del ruido en la calle.

Nadie hablaba.

No había música.

Hasta que una señora bastante mayor se levantó de su asiento preferencial y le pagó al conductor.

Con voz firme, y mientras entregaba las monedas, le dijo… «Tome, a ver si aprovecha de arreglar estos asientos que no sirven, y de paso, son los asientos preferenciales.»

¡Ups!

El conductor y yo nos miramos a través del retrovisor. Su cara era de niño regañado

Rápido respondió, «Sí señora, tiene razón, debo arreglar los asientos».

La señora se bajó, y luego el conductor me miró y reconoció, «Sé que debo arreglar esos asientos, pero la verdad es que me da mucha pereza. El lugar donde los arreglan, está fuera de la ruta que hago cada día».

Su respuesta me impresionó.

Cero excusas, solo asumir su error: tenía pereza.

La señora por su parte, le dio un feedback directo y sin filtros.

Tal vez eso era lo que a este hombre le faltaba para dar el paso y desviarse un día de su ruta para arreglar los asientos.

O no, quién sabe.

Porque muchas veces:

• Sabes qué debes hacer (o dejar de hacer), pero lo ignoras.
• Alguien te lo dice, y te pones las pilas… o no.
• O peor aún, nadie te dice nada, ****y sigues en tu mundo feliz.

En cambio, puedes:

1. Ser receptivo para identificar/recordar aquello que debes mejorar.
2. No excusarte, y asumir la responsabilidad.

Este último (casi siempre) implica salir de nuestra zona, pero es la actitud que transforma.

El conductor sabía que si una señora se quejó, muchos más se pueden quejar y afectar su trabajo.

Escuchar feedback es vital para crecer.

A tu audiencia, si la escuchas, puedes comprender sus necesidades, preocupaciones, y como consecuencia: crear un infoproducto a medida.

¿Vas a esperar a que las quejas se acumulen o buscarás el feedback ANTES para crear un infoproducto potente?

Si es la segunda, responde este email para que trabajemos en tu proyecto.

Adriana 🙂

PD: Si me preguntas, el feedback que doy es honesto, y accionable.