El primer anzuelo
Durante la pandemia empecé a ver Marvel desde el principio.
No desde Iron Man, sino desde Agente Carter.
Porque sí, ella aparece en Capitán América… pero aparece de repente.
Y yo quería saber más: ¿Quién es esta woman? ¿De dónde salió? ¿Qué hace con su vida?
Así que me lancé a ver todo en orden.
Como debe ser.
Las sagas son divertidas.
Me gustan las secuencias.
Y hay secuencias en todo: en los carros, los dispositivos electrónicos, la escuela, el karate con los cinturones… y también en la formación.
Por ejemplo: los libros.
Lees uno buenísimo y parece tener TODO.
Pero lo terminas y quedas con ganas de más.
No porque esté incompleto, sino porque resolvió un problema por un tiempo limitado.
Como un efecto momentáneo.
Entonces publican el libro 2, lo quieres. Luego el 3.
El anzuelo fue bueno: te atrapó, y ahora quieres el universo completo.
Se supone que con lo primero debía bastar.
Pero nunca basta.
Siempre quieres más.
Ahora… ¿qué pasa si ese anzuelo es malo?
Me pasó con un ebook que compré para crecer en Instagram. Lo único que decía era el tamaño ideal de las fotos, quién era el autor y qué significaban los términos básicos de la plataforma…
Generalidades.
El autor no dio nada valioso, se guardó “los secretos” para luego venderlos de otra forma.
Eso es un mal comienzo de saga. Posiblemente la cancelen.
Pero si pasa lo contrario…
Si tu primer producto es bueno, si de verdad entrega valor, si dejas todo ahí…
Pasará algo interesante.
Notarás que te faltaron cosas por decir.
Si no lo notas tú, lo notará tu audiencia.
Te preguntarán, y te harán pensar en nuevos ángulos, productos y servicios.
Ahí empieza tu universo Marvel.
Con algo pequeño, de excelente calidad, y con tu disposición a seguir la conversación.
Eso depende de ti.
Así como agendar una llamada acá para ver si hacemos match.
Match laboral, no de Tinder… ni té matcha.
Adriana Carter 🙂