El carro estaba listo
En 1500 Leonardo Da Vinci había hecho bocetos de un auto, pero nunca se construyó.
Luego en 1769 Nicolas-Joseph Cugnot creó el primer vehículo de vapor para transportar artillería. Era gigantesco como un mamut, además de lento, difícil de maniobrar, y deteniéndose cada 20 minutos.
Hasta que en 1888 Karl Benz construyó el primer automóvil moderno de combustión interna, el Benz Patent-Motorwagen.
Sin embargo no creía que estuviese listo para andar (síndrome del impostor, tal vez).
Su esposa, Bertha Benz pensaba lo contrario.
Así que un día temprano Bertha se va con sus hijos en el carro. Antes de salir le deja una nota a su esposo: “Nos vamos a Pforzheim a ver a la abuela”, y se lanza a conducir.
¡Imagínate las caras de la gente en el pueblo viendo a UNA MUJER MANEJANDO UN CARRO!
Una locura, totalmente inusual en la época.
Y aunque iba fresca como Sascha Fitness en un día común, no todo fue fácil.
Durante el trayecto, el carro se detuvo varias veces (y eso que era nuevo, como los que vende el papá de Matilda). Pero ella NO se detuvo, resolvió sobre la marcha:
– Un cable pelado lo cubrió con una liga de su ropa.
– El sistema de encendido lo arregló con un gancho de cabello.
– Una válvula obstruida la destapó con un alfiler de su sombrero.
Tenía su objetivo claro: llegar a la casa de su madre y demostrarle al mundo y a su esposo, que el carro estaba listo.
Y lo logró.
Viajó 194 kilómetros. El primer viaje de larga distancia hasta el momento.
Hoy ese trayecto es conocido como la Ruta Bertha Benz, en honor a su audacia y legado.
Qué atrevimiento el de Bertha Benz. En una época en la que no era común que una mujer le llevara la contraria a su esposo, Bertha decidió tomar las riendas y revolucionar la industria.
Esta historia es un recordatorio para mí, y también para ti:
Sé como Bertha: lanza, e itera en el camino.
Aunque si eres como Karl, puedo llevarte la contraria para que te animes a lanzar. Para eso responde este mail.
Adriana Benz 🙂